Descubierto en el Domingo de Pascua 1722 y posteriormente anexada por Chile, la Isla de Pascua es fascinante y aislado del mundo, localizada a 3500 km de la costa chilena. Las cuestiones más permanentes y no disimuladas se refiere a sus principales símbolos, el moai. Estas estatuas gigantes de piedra volcánica 1-10 metros de altura y un peso de hasta 80 toneladas, se extienden en todo el perímetro de la isla, son el último legado de un pueblo cuya escritura y la cultura prácticamente desaparecieron. La forma en que se construyeron y su función es objeto de acalorados debates. Contemplálos despierta introspección y búsqueda apasionada de una respuesta. Entre el azul del mar y el relieve volcánico tienen excelentes senderos para explorar en bicicleta, a caballo, a bordo de un viaje o incluso a pie. Hanga Roa, la única ciudad de la isla, no sólo se centra en el aeropuerto local, sino también muchos de los hoteles, restaurantes y servicios, incluidos los operadores que organizan actividades como buceo, snorkel, excursiones a las islas vecinas y kayak. Entre los mejores viajes son aquellos que pasan por los volcanes Rano Kau y Rano Raraku y la aldea ceremonial de Orongo. Las personas aún pueden entretenerse con unas playas hermosas y tranquilas.
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